Restaurant Zhu

FRANCISCO MORALES JOVER

Una decepción. Tras leer los comentarios, decidí ir junto a mi novia y disfrutar de la experiencia así que, llamé, reservé y a la hora acordada estábamos allí. Nuestra primera sorpresa y decepción fue que no había reserva a mi nombre. Pero sí recordaban que habían hablado conmigo apenas unos minutos antes para hacer la reserva. Situados en la mesa y habiendo esperado 15 min (y con dos entrantes iguales de bienvenida) les pido por favor que nos atiendan al menos y si no es mucha molestia para servirnos las bebidas, aprovecho el momento para informarles de que teníamos claro la comanda. Segunda sorpresa, llega la bebida. Un refresco y una cerveza a temperatura ambiente. El agua, fría o natural pero la cerveza siempre debe de servirse bien fría. No hay misterio y si no la tienes, lo dices. Tercera sorpresa, la comanda. Pedimos 4 platos. Sushi de salmón y queso crema, pan bao de cangrejo, sashimi variado y tartar de atún. Siento decir y adelantó la siguiente sorpresa que ningún plato estaba a la altura del precio. Cuarta sorpresa, calidad precio. El precio es algo que siempre miro cuando pido la carta por muchas razones. Entre ellas asegurarme la calidad del plato. Un precio alto requiere mayor dedicación, proceso de elaboración, calidad de producto… - Primer plato. Presentación nula. Pregunté qué plato se nos había servido y fueron sus palabras lo único que percibimos de salmón en esa breve experiencia. El crunch del rebozado estaba bien conseguido. - Segundo plato. 10 minutos más tarde, nos llega el pan bao de cangrejo. Reconozco que el cangrejo estaba “bien” conseguido. Pero el pan,era insuficiente para abarcar dichoso contenido. Sus salsas, traicionaron la capacidad de sustento del limitado pan Bao. Aquí me voy a permitir hacer una pausa de justicia. Y os preguntaréis ¿por qué? Muy sencillo querido lector, porque así lo decidió el restaurante. Tras 20 minutos de espera donde se nos acababan los recursos para excusar al servicio, llega por fin un desubicado y valiente camarero. Con precaución y un poco nervioso, nos consulta muy preocupado, ¿falta algo por comer?. Nuestra cara era un poema, te lo puedes imaginar… Muy educadamente le respondemos diciéndole que nos falta la mitad de la cena pero que nos puede sacar la cuenta cuando pueda. Quinta sorpresa, la rapidez. Tras la respuesta, El preocupado camarero que andaba más perdido que un pulpo en un garaje, se pone en contacto con la barra, donde atentamente veían cómo estaba lidiando su compañero la situación, y tras unas palabras en chino, activan el modo rapidez. Fue asombroso pero ya os lo imagináis… Vísteme despacio que tengo prisa. Sexta sopesa, el último plato. Indícanos al camarero que no se molesten en preparar los platos restantes. Le insistimos en que saque la cuenta pero el insiste en que no nos preocupemos que el modo rapidez está activado y ahora ya es cuestión de segundos. Y así fue, en segundos intentaron descongelar al atún, al pez mantequilla, las quisquillas y el salmón. La física en este caso, les jugó una mala pasada. El plato llegó a la mesa congelado y para más inri, servido sobre cubitos de hielo. Irrisorio. No pudimos terminar el plato. Atenta desde la barra de la cocina, una mujer vestida de calle,al parecer al mando de la situación en cocina, ve nuestro interés en pedir la cuenta y poner fin a la cena. Deja el Yanagiba incapaz de cortar el atún congelado, se acerca a la mesa y nos pregunta, ¿Desean algo ? A lo que respondemos educadamente, “deseamos la cuenta por favor”. Y al fin, nos traen la cuenta. Aquí no hay sorpresas. Cuando pides te haces una idea de lo que va costar la cena. La sorpresa fue que a pesar del mal día que habían tenido, nadie se preocupó en darnos una explicación, preguntarnos, invitarnos a algo para limar la cena y sus sensaciones. Supongo que la respuesta preferían no escucharla sino leerla y por eso me he molestado en llegar hasta aquí. Pd. Del valiente camarero no nos pudimos despedir, desapareció después de activar el modo rapidez.

serge gangloff

Un muy buen restaurante japonés. Tienes que ir 👍

Celia Rodríguez

El lugar es bonito y elegante. Los camareros, hay de todos los tipos pero todos son amables. Bebimos agua y pedimos pad tai y sushi variado nos costó 27,45€ El pad tai sin más, normal. Pero el sushi no estaba rico.

Toni Martinez Ortiz

Comida asiática, elaborada y de calidad. Atención óptima.